martes, 17 de marzo de 2009

LEER Y DIFUNDIR

Invicta memoria

Zenón Depaz Toledo

“No necesitamos museos ni tonterías para que nos refresquen la memoria”, dijo Cecilia Chacón –congresista cuya mayor seña de identificación es ser hija de un general fujimorista encarcelado por corrupto–, después de que el presidente García, su aliado en este como en otros temas oscuros, rechazara la donación del gobierno alemán para la construcción de un museo que guardara –para que no vuelva a ocurrir- memoria de la violencia política que desgarró nuestro país, afectando ante todo a las poblaciones más débiles y secularmente marginadas: quechuas y ashánincas, analfabetos, mujeres, niños y adolescentes, cuyas vidas fueron destrozadas sin que siquiera comprendieran la razón de ello.

Ciertamente ni Chacón, ni García, ni sus cómplices soportan la memoria. Quisieran también liquidarla, incinerarla, ocultarla en una fosa clandestina. Expertos en el arte del olvido y el engaño, en psicosociales y cortinas de humo, buscan tapar y negar lo ocurrido porque los involucra directamente, como ocurre con los vladivideos, petroaudios y ratamails, o los documentos del MINSA recientemente incinerados. Quisieran erradicar de nuestra memoria que la matanza de decenas de miles de peruanos humildes –las frías estadísticas trasuntan aquí inmenso dolor- alcanzó su pico más alto durante el gobierno de Alan García, el mismo que ordenó a su hoy vicepresidente Luis Giampietri liquidar a cientos de presos políticos que, amotinados, frustraban su incontinencia de protagonismo durante un cónclave internacional en Lima.

Pero la memoria tiene hondas raíces desde las que emerge viva de mil maneras, que van desde las escuetas cifras estadísticas hasta las sorprendentes imágenes que el arte recrea. Así, para frustración de los promotores de la amnesia colectiva con impúdico borrón y jugosa cuenta nueva, el premio que Claudia Llosa y Magaly Solier obtuvieron en Berlín remite precisamente a la valiente memoria de la violencia y al dolor indescriptible que aún produce en cientos de miles de peruanos afectados por ella; invicta memoria que se alza más aún cuando Magaly Solier declara, con la dignidad que acompaña a la verdad, considerar a García directamente culpable de ello; o cuando Claudia Llosa, tras escuchar al mismo García decir de ellas que “hacen que la autoestima del país se eleve y colocan al Perú en el mundo”, señaló, sencillamente, hallarlo “surrealista”.

Fuente: http://www.diariolaprimeraperu.com/online/columnistas/invicta-memoria_34969.html